Robert Bowers, el estadounidense acusado de crímenes de odio y de matar a 11 personas en una sinagoga de Pittsburgh, compareció ante la justicia el lunes por primera vez, llevado en una silla de ruedas.

Vestido con una sudadera azul, Bowers, de rostro pálido y calvo, hizo pocos comentarios durante la audiencia de tres minutos, aparte de responder "Sí" y "Sí, señor", en respuesta a preguntas de procedimiento de un juez federal. El hombre de 46 años fue detenido el sábado tras ser herido por la policía en un intercambio de disparos.